TENDENCIAS ACTUALES
INTRODUCCION
INTRODUCCION
El nacimiento del carro de combate tuvo lugar durante la Primera Guerra Mundial una vez esta degeneró en una sucia guerra de trincheras donde ningún contendiente era capaz, con la tecnología existente, de superar a su oponente, romper sus líneas defensivas y ocupar el terreno enemigo. Británicos y franceses, en la búsqueda de un medio capaz de romper el impasse existente, estudiaron la posibilidad de crear un medio autopropulsado capaz de transportar de manera segura sobre la tierra de nadie y las trincheras barridas por fuego de artillería y ametralladora a su tripulación y a un armamento capaz de reducir los puntos fuertes del enemigo y abrir así el camino a la infantería propia. Para poder efectuar este tipo de operaciones, era necesario disponer de armas de tiro rápido como ametralladoras y de otras capaces de disparar algún tipo de proyectil explosivo. Los británicos (y los alemanes posteriormente) optaron por cañones de pequeño calibre y tiro rápido como el 6lb QF (57mm), mientras que los franceses desde el principio optaron por armas capaces de disparar proyectiles más sustanciosos (75mm), aunque también equiparon al carro ligero FT-17 con un cañón de trinchera de 37mm.
Este tipo de armamento dispararía granadas explosivas para reducir puntos fuertes, no siendo necesario dotar a los carros de munición específicamente perforante dado que las posibilidades de enfrentarse a carros contrarios era nula y, además, dada la escasa protección de los ingenios de la época, el uso de granadas explosivas convencionales de calibre medio era más que suficiente para batirlos.
Esta teoría se mostró correcta, con escasos enfrentamientos entre carros y una muy efectiva capacidad AT de la artillería de campaña de la época, destacando el cañón alemán de 77mm. Ya en esta época aparecieron las primeras armas AT diseñadas como tales, como el famoso rifle antitanque alemán de 13mm basado en la tecnología del rifle de infantería Mauser y capaz de enfrentarse a los carros de combate contemporáneos.
El fin de la guerra no tuvo como resultado la desaparición de arma acoraza como algunos preconizaban, pero su desarrollo se vio enlentecido por la falta de medios económicos.
El carro de combate siguió siendo usado como medio de apoyo y no fue hasta los años 30 cuando los desarrollos mecánicos y doctrinales permitieron el desarrollo de carros de combate fiables, adecuadamente armados y protegidos capaces de maniobrar en grandes grupos de forma independiente. El desarrollo de carros mejor protegidos hizo que se retomara el diseño de armas AT más ligeras y capaces que las piezas de artillería de campaña que pudieran ser transportadas fácilmente por la infantería y que, a su vez, pudieran ser montadas en carros de combate de forma que estos pudieran batir a los del enemigo. El uso de cañones de calibre medio capaces de disparar munición explosiva eficaz no se abandonó, desarrollándose en la mayoría de las potencias militares de la época líneas paralelas de carros de combate optimizados para empeñar otros carros con cañones de pequeño calibre y alta velocidad y otros dedicados a apoyar a la infantería propia capaces de disparar proyectiles explosivos. Ejemplo de esto serían las familias PzKfw III y IV desarrolladas en la Alemania nazi durante los años 30.
Debido a la escasa protección de estos vehículos, el desarrollo de municiones perforantes no fue muy imaginativo, siendo lo habitual usar proyectiles de acero endurecido de diseño convencional con o sin carga explosiva.
El desarrollo de carros mejor protegidos gracias al empleo de planchas más gruesas de aceros especiales y de otras técnicas como el espaciado de las mismas o su inclinación hizo que comenzaran a aparecer cañones de mayor calibre disparando municiones diseñadas específicamente para penetrar blindaje.
Funcionamiento de un proyectil APCBC
Los proyectiles perforantes continuaron su desarrollo siguiendo la senda marcada por sus equivalentes navales, apareciendo diseños que incluían cofias para mejorar su penetración contra planchas inclinadas (APC y APCBC, estos últimos dotados con cofias balísticas para mejorar su aerodinámica y penetración). En el periodo de entreguerras se comprobó cómo una carga explosiva moldeada de una forma específica tenía un elevado potencial para penetrar planchas metálicas o fortificaciones de acero y cemento (efecto Monroe). Este tipo de cargas explosivas popularmente conocidas como “cargas huecas” (HEAT) fueron inicialmente usadas para atacar fortificaciones, pero pronto fueron desarrollados proyectiles capaces de ser dispararos por carros de combate u otras piezas de artillería, así como por cohetes y armas similares. Sin embargo, la tecnología estaba aún en mantillas y estos primitivos diseños tenían unas capacidades modestas, de forma que no eran la solución ideal para enfrentarse a los carros pesadamente protegidos aparecidos a mediados de la guerra. Igualmente, los británicos desarrollaron un nuevo tipo de munición basada en el empleo de explosivo plástico que una vez impactaba se aplastaba contra el blanco (carro e combate, AFV, edificios….) y era detonado por una espoleta provocando el arrancamiento de grandes fragmentos en el interior del flanco a través de la onda de choque generada por la explosión (HESH).
Proyectil HVAP: 1.Camisa balistica 2.Cuerpo portante principal 3.Nucleo duro perforante 4.Trazador
Los proyectiles convencionales perforantes de energía cinética continuaron su desarrollo, apareciendo durante la guerra la munición de núcleo duro (APCR o HVAP) rodeada por una camisa de aleación ligera y calibre completo, así como la perforante de casquillo desechable (APDS), desarrollada igualmente por los británicos. En este tipo de proyectil unos elementos de aleación ligera (sabots) rodeaban al núcleo de metal pesado para adaptarse al ánima del cañón y se desprendían como pétalos una vez el proyectil abandonaba el tubo del cañón, dejando al núcleo sólo y logrando grandes velocidades iniciales. Sin embargo, estos tipos iniciales sufrían problemas de precisión y, por tanto, quedaban limitados a su empleo o distancias cortas, permaneciendo en uso la munición perforante convencional de calibre completo (AP, APC y APCBC) y la de núcleo duro y calibre completo.
Para su empleo contra la infantería enemiga se desarrolló munición específica como los botes de metralla, que se usaban desde la época de la artillería remolcada de ánima lisa y avancarga.