





Revisando las entradas que hemos ido publicando a lo largo de los últimos meses, nos ha llamado poderosamente la atención no sólo el elevado número de entradas dedicadas a la presencia de vehículos acorazados llamémosles "tradicionales" en Afganistán, sino el enorme interés que han despertado entre nuestros lectores.
No sólo se nos ha pasado a nosotros por la cabeza, parece que es vox-populi, el partido que se podría sacar a nuestros principales vehículos acorazados, como el Pizarro o el Leopardo, si se deplegasen en Afganistán. Pero miremos un poco más allá de lo que su potencia de fuego y protección aportaría a nuestro contingente. Nos permitiría validar, actualizar y mejorar los procedimientos actuales, aprender sobre el terreno de las tácticas que han desarrollado nuestros aliados en los últimos años y beneficiarnos de sus errores y aciertos. Atrás quedarían los tiempos en que carristas o artilleros ejercían de fusileros en las misiones en los Balcanes. La oportunidad de probar sobre el terreno el material y de que nuestras Fuerzas Pesadas adquiriesen una valiosísima experiencia en una operación real está ahí. A fin de cuentas... ¿quién no querría tener a un gigante de 60 toneladas y la precisión de un francotirador guardándole las espaldas?
La escena internacional es cambiante, y ya sea en un enfrentamiento convencional o en conflictos más "asimétricos", si la historia nos ha demostrado algo es que la aportación de los "pesos pesados" siempre ha sido vital.
Si no hoy no se puede, debe o quiere desplazar estos medios, quizás mañana sea imprescindible hacerlo en otro escenario y no estemos preparados, con la misma consecuencia de siempre, la perdida irreparable de vidas.
Acompañamos esta reflexion de estas estupendas fotos que nos envía un buen amigo - seguro que los modelistas disfrutaran de alguna de ellas-, los M1 de los Marines en Helmand. Ellos también han aprendido que nunca es tarde.....