LA POSTGUERRA
El carro de combate terminó la SGM como un arma de apoyo por un lado y como destructor de carros por otro. La clásica clasificación en carros ligeros, medios y pesados fue difuminándose y cayó prácticamente en desuso durante los años 50 con el desarrollo del carro de combate “multifunción” moderno (
main battle tank o MBT en inglés) capaz de proveer fuego anticarro, apoyar a la infantería propia al tiempo que batía a la contraria y con una protección más o menos adecuada.
Tras la guerra y debido a los avances tecnológicos producidos se produjo una carrera entre el cañón y la coraza que tras experimentos fallidos con calibres “monstruo” y gracias a los avances producidos en el diseño de nuevas municiones llevó a una estabilización en los calibres entre 90 y 105mm que duró hasta los años 60, donde el énfasis en la lucha contracarro llevó a un crecimiento en el calibre de los cañones de carro que quedó en 120mm en el campo occidental y 125mm en el oriental, con cañones aún mayor en preparación (135-140mm) que habrían llegado a ser puestos en servicio de no haber terminado la Guerra Fría.
La primera y segunda generación de cañones de carro nacida tras la SGM siguió disponiendo de un amplio surtido de municiones eficaces para tareas contra carro y de apoyo.
Se continuó el desarrollo de las cargas huecas, lográndose una mejora significativa de sus capacidades de forma que durante unos años demostró ser la ideal para batir otros carros de combate, dado que era prácticamente imposible lograr espesores de acero suficientes para poder ofrecer una protección eficaz contra este tipo de proyectiles. Francia, inicialmente en colaboración con Alemania, llegó a diseñar un proyectil HEAT donde la carga se encontraba separada de la envuelta del mismo por un sistema de rodamientos a bolas de forma que giraba mucho más lentamente una vez abandonaba la boca del cañón conservando mejores capacidades antiblindaje pese a su menor calibre nominal. Pese a estas mejoras, la mayor complejidad y coste hizo que sólo fuera adoptado por Francia y sus clientes de exportación |
Proyectil HEAT
1.- Recubrimiento exterior
2.- Ojiva hueca
3.- Cono inverso metalico (cobre)
4.- Espoleta
5.- Explosivo
6.- Iniciador de la espoleta |
Trabajos realizados en Canadá permitieron el desarrollo de munición APDS efectiva y fiable en los años 50, de forma que esta comenzó a reemplazar a la munición de energía química tipo HEAT o HESH, especialmente con la aparición a partir de los años 60 de blindajes estratificados compuestos capaces de hacer frente a este tipo de proyectiles y disminuyendo de manera importante su capacidad perforante
M392 APDS-T
De esta manera, para los años 70 estaba claro que el proyectil de energía cinética era el más prometedor en la lucha contracarro. El proyectil tipo APDS disparado por un cañón de ánima rayada como el clásico L7 británico de 105mm (el arma estándar de la OTAN en los años 60 y 70) usaba la rotación inducida por el ánima rayada para estabilizarse. Sin embargo, se comprobó que a partir de una longitud crítica el proyectil de tornaba inestable. Esto era un problema, dado que cuando más largo fuera el proyectil o flecha en relación a su diámetro, mayores capacidades perforantes se lograban. La Unión Soviética dio el paso siguiente, abandonando el clásico cañón de ánima rayada en uso desde el siglo XIX por el de ánima lisa, disparando munición estabilizada por aletas (APFSDS). Este tipo de arma se adecuaba también al disparo de munición HEAT dado que la rotación que les producía el cañón rayado afectaba a sus prestaciones por razones físicas. Sin embargo, se adaptaba mal a los proyectiles HESH que requerían de rotación para estabilizar su vuelo.
El desarrollo de otros tipos de munición adecuados para su empleo en misiones de apoyo y ruptura no fue olvidado, desarrollándose proyectiles rompedores de alto explosivo (HE) y otros como el bote de metralla, muy efectivo durante la guerra de Vietnam contra infantería desprotegida. Igualmente era habitual disponer de proyectiles fumígenos.
Durante los años 70 se produjo una revolución en el diseño de carros de combate de la mano de la aparición de los blindajes compuestos capaces de evitar la perforación de cargas huecas, nuevos grupos motopropulsores mucho más potentes y el desarrollo de la electrónica. Las grandes potencias se dedicaron al diseño de carros de combate equipados y armados para operar en el campo de batalla europeo contra sus homónimos, todos ellos bien protegidos. De esta manera el nuevo estándar de la OTAN, el 120mm de ánima lisa, apareció a mediados de los 70 con sólo dos proyectiles básicos, flecha y HEAT, abandonando los demás tipos (HE, metralla, fumígeno, HESH……) usados por la familia L7/M68 de 105mm estandarizada en los años 50. La Unión Soviética, que seguía viendo al carro de combate como un medio de ruptura y apoyo de infantería no olvidó las necesidades específicas y siguió desarrollando munición rompedora de 125mm. En los países occidentales sólo el Reino Unido mantuvo el cañón de ánima rayada precisamente para poder seguir empleando munición HESH con doble uso AT (no usaban cargas huecas, aunque se desarrollaron para exportación) y de apoyo.
Corte de un proyectil HESH
Hasta entonces el material de elección para la construcción de penetradores de energía cinética era el tungsteno/Wolfranio o sus aleaciones. Este es un metal muy denso, pero caro de manipular. Los EEUU, con una importante industria nuclear, estudiaron el empleo de un subproducto de la manipulación del uranio para su enriquecimiento conocido desde antiguo y llamado clásicamente uranio empobrecido (
Depleted Uranium o DU en inglés), más denso aún que el tungsteno y disponible en cantidad y a bajo precio. Las pruebas realizadas demostraron excelentes capacidades tanto en su empleo como material para la construcción de perforantes de energía cinética como su uso dentro de blindajes de tipo compuesto. Como perforante tenía la ventaja de que en contacto con el blindaje a gran velocidad se incendiaba y tendía a “autoafilarse” (efecto pirofórico) aumentando su letalidad. Pronto se desarrolló y se distribuyó munición perforante a base de DU para todo tipo de calibres, siendo el cartucho de referencia el M829 APFSDS de 120mm usado con gran éxito durante la Segunda Guerra del Golfo en 1991.
Sin embargo, su naturaleza radioactiva ha hecho que su empleo esté lleno de controversia y sólo Francia y la Unión Soviética desarrollaron y pusieron en servicio este tipo de municiones en gran número. El Reino Unido también desarrolló su propia munición, pero fue finalmente retirada del servicio.
EEUU con el M1 Abrams fue junto a Alemania con el Leopard 2 uno de los líderes en el desarrollo de carros de combate de altas prestaciones. Pensando sobre todo en la lucha contra los carros de combate enemigos, terminó la Guerra Fría con dos proyectiles principales: de energía cinética contra carro y de carga hueca para uso contra vehículos blindados más ligeros/multipropósito.
Sin embargo, la experiencia en combate, sobre todo en Irak y Afganistán demostró que el HEAT-MP estaba lejos de ser el tipo de proyectil más adecuado para apoyar con su fuego a la infantería propia y batir fortificaciones o puntos fuertes. La cantidad de explosivos es escasa y además produce pocos fragmentos. Se desarrolló un tipo modificado, pero estaba lejos de ser lo ideal.
La experiencia en combate en Oriente Medio y Asia central ha retrotraído al ejército norteamericano a sus experiencias en Vietnam, donde los carros de combate fueron empleados con éxito como elementos de apoyo pese a operar en un terreno poco propicio. De esta manera, el proyectil rompedor y el de metralla han vuelto a formar parte de la munición disponible a los tanguistas norteamericanos. Eso si, sin olvidar el desarrollo de municiones perforantes efectivas capaces de hacer frente a las amenazas actuales y a las previsibles.