miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL LEOPARD 2 EN CLIMAS CÁLIDOS



Las Fuerzas Armadas Canadienses son, sin duda, uno de los espejos en los que mirarse después de la celeridad con que están tratando de satisfacer las necesidades de su contingente desplazado en Afganistán.

Entre todos los programas que se han llevado a cabo, sin duda, el más comentado fue el alquiler de 20 carros de combate Leopard 2A6 a Alemania para desplegarlos en Afganistán y complementar en un primer momento a los Leopard 1C2 que allí prestaban servicio y la compra de 100 de la versión A4 a Holanda.

Con diversas modificaciones encargadas expresamente por el comprador, como blindaje Slat y kit antiminas (algo fundamental tal y como hemos visto con anterioridad en el blog) , los carros de combate han demostrado su vigencia y eficacia en este tipo de escenarios, constituyéndose en un multiplicador de fuerza considerable del contingente canadiense.

Pese a todo, a lo largo de los meses, los Leopard también se han topado con alguna que otra dificultad, especialmente en el capítulo de disponibilidad de repuestos que finalmente parece han sido resueltos.


El asunto que hoy nos lleva a escribir estas líneas es el comportamiento del Leopard 2 en ambientes de extremo calor. Recientemente en un foro de habla española uno de los participantes se hacía eco de cierta noticia en la que se relataba el gran comportamiento del vehículo, si bien las tripulaciones destacaban la necesidad de un sistema de refrigeración eficaz para que no disminuyese considerablemente su eficacia en combate; algo en lo que según se desprende del texto, ya se está trabajando. La solución parece ser la instalación de sistemas de refrigeración en los trajes de los tirpulantes de los carros.



No es la primera que se aborda esta cuestión, ya en el verano de 2006 una pareja de Leopard 2A5Dk daneses protagonizaron una serie de pruebas en nuestro país, en las que se reveló el escaso rendimiento del equipo de aire acondicionado - Mkk3- que ofrece a los usuarios del Leopard el fabricante Krauss Maffei Weggman, con un salto térmico que como mucho alcanzaba los 5º y las mejorables prestaciones de la Unidad de Potencia Auxiliar (APU).

En su momento, el Ejército de Tierra rechazó la instalación de ese modelo de APU y del Mkk3 por no ajustarse a sus requerimientos.

Uno de los vehículos desplazados a las instalaciones de la BRIMZ X en Cerro Muriano (Córdoba) también contaba con el sistema de enmascaramiento Barracuda de Saab, que si bien demostró impedir un óptimo funcionamiento de los radiadores del motor, tendía a disminuir la temperatura interior del carro.



Recientemente ha caído en nuestras manos un interesantísimo estudio sobre los análisis a los que se ha sometido en Canadá a un Leopard para analizar las “tecnologías disponibles para mitigar el cansancio derivado del calor de las tripulaciones de Leopard 2C que operan en la región de Kandahar (Afganistán) en verano.” De este estudio y otros anteriores parece que nace la solución adoptada por las Fuerzas Armadas Canadienses.

Las condiciones en las que el Defence Research and Development Canada (DRDC), organismo encargado de dirigir el estudio, ha realizado los ensayos serían muy similares al peor escenario que se pudiese encontrar en el teatro de operaciones, con temperaturas en el exterior del vehículo de hasta 44º C; lo que se traduciría en temperaturas de hasta 64 ºC en el puesto de jefe de carro y de unos 55 ºC en el resto del vehículo, si bien el cargador se fatigaría mucho antes dado el esfuerzo físico que requiere su trabajo. En estas condiciones, las tripulaciones aguantarían como máximo entre una y dos horas antes de empezar a tener serios problemas.

Las tecnologías a evaluar serían un tejido dispipador de calor con el que se recubriría el exterior del carro y trajes refrigerados por líquido –una mezcla de agua y propilenglicol- para los tripulantes (ya usados por las tripulaciones de Sea King canadienses durante la Primera Guerra del Golfo).

Entre los resultados del estudio cabe destacar que la “autonomía” de la tripulación asistida por trajes refrigerados aumentaría hasta unas cinco horas y media, así como la escasa eficacia del tejido disipador de calor, que si bien disminuía notablemente la temperatura superficial del carro, no mejoraba la operatividad de la tripulación al estar en la mayoría de los casos las escotillas de la torre abiertas permitiendo que entrase al interior del vehículo aire caliente.

Para más detalles, descargar el estudio pinchando aquí.


1 comentario:

Anónimo dijo...

De la manera que se están poniendo las cosas en Afganistán, seria muy aconsejable que nuestro gran gobierno con su fantástica política en materia de defensa, adaptara nuestros leopardos para poder mandarlos a Afganistán en caso de que las cosas se pongan mucho peor de lo que ya están. Si España se decidiera a mandar en apoyo de nuestras tropas una o dos secciones de carros leopardo y algún vci/c Pizarro, nuestros aliados recobrarían en nosotros la confianza en nosotros y los terroristas que diariamente atacan a nuestras tropas y a nuestros aliados, se pensarían dos veces lo de atentar tan cobardemente con un coche bomba o un IED tirado en alguna cuneta. Necesitamos cuanto antes recobrar el control en nuestra zona de actuación y mandar un mensaje a nuestros aliados dándoles a entender que nosotros también estamos en este lejano país para luchar junto a ellos por un bien común, aportando un material de guerra tan bueno como el suyo. Pero desgraciadamente esto no sucederá nunca, pues en un leopardo no hay sitio suficiente para transportar el material humanitario, que diariamente nuestros soldados tienen que entregar a la población civil. En un leopardo solamente hay sitio para una cosa, para las municiones de guerra con las cuales conseguiríamos echar fuera de nuestro territorio a las facciones talibanes que campan por la zona y dominan el lugar. Un saludo compañeros carristas